Errores comunes al limpiar el rostro y cómo evitarlos
Resumen
Cuando se trata de la rutina de cuidado de la piel, una limpieza adecuada debe ser la prioridad. Un régimen correcto de la limpieza del rostro puede ayudar a la piel a sentirse balanceada, hidratada y tersa, a la vez de ayudar a mantener a raya varios problemas de la piel. Pero si la limpieza es inadecuada, es posible que no se vean los mismos resultados. De hecho, cometer errores al lavarse la cara puede dejar la piel con una sensación de tirantez, sequedad o descamación. En esta guía para el cuidado de tu piel, cubriremos seis errores comunes en la limpieza facial (junto con sus soluciones) para ayudarte a que te sientas más cómodo con tu rutina de limpieza. Revelaremos la temperatura correcta a utilizar, como secar correctamente, y tips para ayudarte a encontrar el limpiador facial dermatológico adecuado para tu tipo de piel.
Errores a evitar en la limpieza facial
- Usar un limpiador con una fórmula incorrecta para tu tipo de piel, ya sea grasa, sensible, seca, normal o mixta.
- Elegir limpiadores con ingredientes abrasivos y secantes que pueden despojar a la piel de sus aceites naturales.
- Limpiar el rostro demasiado o muy poco, lo que puede provocar resecar la piel o dejar agentes causantes de acné como suciedad, exceso de sebo y bacterias.
- Tomar duchas largas y demasiado calientes, lo que puede debilitar la barrera natural de la piel.
- Limpiar la piel del rostro únicamente con agua, lo que suele ser insuficiente para remover correctamente la suciedad, exceso de sebo, maquillaje y contaminantes ambientales.
Limpiar el rostro es un primer paso esencial en cualquier rutina de cuidado de la piel, pero aunque suene como un proceso sencillo, hay ciertos errores que mal cometerlos podrían provocar problemas tales como rojez, sequedad e irritación. De acuerdo con una encuesta realizada por CeraVe aproximadamente un 80% de las personas comete errores evitables en su rutina de limpieza facial, mientras que un 60% se siente desinformado respecto a cómo limpiar su piel correctamente. Sigue leyendo para descubrir algunos de los errores más comunes al limpiar el rostro, además de nuestros mejores consejos y tips para ayudarte a superarlos.
¿Cuáles son los errores más comunes a evitar en la limpieza facial?
Los hábitos de limpieza facial pueden tener un gran impacto en cómo se ve y se siente tu piel. Limpiar la piel del rostro con demasiada frecuencia o usar la fórmula de limpieza incorrecta puede dejar la piel con una sensación de sequedad y descamación, mientras que no limpiar de manera efectiva puede dejar suciedad y grasa que obstruyen los poros. Para ayudarte a lograr tus objetivos de cuidado de la piel, analizaremos más de cerca algunos de los principales errores que se pueden cometer en la limpieza facial.
1.Limpiar tu rostro muy seguido
Si su piel se siente tirante y seca después de la limpieza, existe la posibilidad de que te estés lavando la cara con demasiada frecuencia. Esto es especialmente cierto para las personas con piel seca o sensible, que es más propensa a experimentar pérdida de hidratación. Lavarse la cara en exceso puede eliminar aceites importantes y alterar la barrera protectora de la piel, lo que puede provocar sensaciones incómodas en la piel, como picazón y escamas en la piel.
2. No limpiar lo suficiente
Según una encuesta, más de la mitad de las personas admitieron no limpiar su rostro antes de acostarse. Sin embargo, escatimar en la rutina de limpieza puede causar que se acumule suciedad y exceso de sebo que obstruyen los poros en su piel, lo que puede resultar en brotes, exceso de brillo y una apariencia opaca en general.
Del mismo modo, lavarse la cara solo con agua en general no es suficiente para limpiar adecuadamente la piel. Esto se debe a que gran parte de la "suciedad" que se acumula en la piel a lo largo del día no es soluble en agua (lo que significa que no se puede descomponer sólo con ella). Por eso es tan importante elegir el limpiador suave adecuado.
¿Cuántas veces al día se debiese limpiar la piel del rostro?
La Academia Americana de Dermatología (AAD, por sus siglas en inglés) recomienda lavarse la cara dos veces al día (una por la mañana y otra por la noche), así como después de sudar. Sin embargo, la frecuencia de limpieza adecuada puede variar de acuerdo a las necesidades de cada tipo de piel, estilo de vida y cualquier afección cutánea preexistente (como el eccema). Si lavarse la cara dos veces al día con un limpiador suave y sin fragancia deja su piel con una sensación de descamación o sequedad, habla con tu dermatólogo para ayudar a solucionar la causa raíz de la resequedad.
3.Usar limpiadores fuertes en pieles secas y sensibles
La piel sensible es más reactiva, lo que significa que puede experimentar sensaciones de ardor, escozor o irritación si se aplican productos de limpieza facial demasiado fuertes. Afortunadamente, hay muchas opciones no irritantes para elegir, como CeraVe el Limpiador Crema Espuma Hidratante de CeraVe. Desarrollado con dermatólogos, este limpiador sin fragancia está probado contra alergias y tiene un pH equilibrado. También cuenta con una delicada textura de espuma que elimina eficazmente la suciedad, el aceite y el maquillaje sin dejar la piel tirante o seca.
¿Qué tipo de limpiador debo usar para pieles secas y sensibles?
Para la piel sensible, la Academia Americana de Dermatología recomienda el uso de limpiadores faciales suaves que no contengan fragancias (ya que algunos químicos de las fragancias pueden ser irritantes). También puede ser útil evitar otros ingredientes fuertes o potencialmente secantes, como el alcohol o los limpiadores con gránulos exfoliantes. Por otro lado, ciertos ingredientes pueden ser beneficiosos, como el ácido hialurónico y las tres ceramidas esenciales de CeraVe, que retienen la humedad y ayudan a mantener la barrera protectora de la piel. Si desea obtener más información sobre las ceramidas, visite nuestro apartado sobre La Ciencia de las Ceramidas en nuestra página web.
4. Elegir la fórmula incorrecta para tu tipo de piel
No sólo las pieles sensibles necesitan un limpiador que se adapte a su piel. De hecho, todos los tipos de piel pueden beneficiarse al elegir una fórmula limpiadora específica para ellas. Sin embargo, a pesar de todas las opciones disponibles no todas las personas buscan un limpiador que se adapte específicamente a su tipo de piel. ¡Algunos incluso usan productos que no han sido diseñados para limpiar el rostro! Así es, de acuerdo con una encuesta alrededor del 52% de las personas informó usar gel de baño o jabón de manos para lavar su rostro, cuando la verdad es que estos productos no siempre son intercambiables. Si la piel de tu rostro se siente tensa o reseca después de la limpieza, es posible que no estés usando la fórmula adecuada para tu tipo de piel.
Cómo elegir el limpiador adecuado para tu tipo de piel
Es importante leer atentamente la etiqueta al elegir un limpiador facial. El empaque debe decir si la fórmula está diseñada para usarse en el rostro, el cuerpo o ambos. La etiqueta también debe indicar para qué tipos de piel es adecuada la fórmula y cualquier ingrediente activo que pueda ayudarlo a abordar problemas específicos de la piel.
Si se tiene la piel seca, por ejemplo, es posible que se desee buscar fórmulas suaves y sin espuma que se enfoquen en preservar y mejorar los niveles de humectación, como el Limpiador Hidratante CeraVe. Formulado con ceramidas y ácido hialurónico, este limpiador facial está diseñado para limpiar y refrescar la piel sin resecarla en exceso.
Por otro lado, si tu piel es grasa, puede ser beneficioso elegir una fórmula espumosa, como el Gel Limpiador Espumoso de CeraVe. Este gel limpiador espumoso ofrece una manera suave pero efectiva de limpiar profundamente, eliminar el exceso de grasa y refrescar la piel, sin alterar la barrera cutánea. Para obtener ayuda adicional para elegir un limpiador para tu tipo de piel, revisa nuestro catálogo de limpiadores faciales.
Nota: el limpiador facial no debe quemar, picar ni causar irritación después de su uso. Si se produce irritación, lo mejor es dejar de usar el producto y consultar con un dermatólogo.
5.Utilizar agua demasiado caliente
Existe la idea errónea en el cuidado de la piel de que lavarse con agua caliente le dará a su piel una limpieza más profunda. En realidad, esto puede hacer más daño que bien. Según los estudios, el agua caliente es más agresiva para la piel que el agua fría y puede alterar la barrera de la piel. Por eso, la Academia Americana de Dermatología recomienda limitar las duchas a entre 5 y 10 minutos y evitar la limpieza con agua demasiado caliente.
¿Es mejor lavarse la cara con agua fría o con agua caliente?
En lugar de lavarse la cara con agua fría o caliente, recomendamos usar agua tibia. En general, mantener la temperatura del agua más baja puede ayudar a mantener la integridad de la barrera de la piel y ayudar a prevenir la sequedad después de la limpieza. Para preguntas específicas sobre qué es lo mejor para su tipo de piel único, consulte con su dermatólogo.
6.Malos hábitos de secado
Lo que se haga después de la limpieza también puede clave en una rutina completa de limpieza facial. Por ejemplo, es importante utilizar la técnica adecuada para secar la piel. Puede parecer sencillo, pero es posible ser demasiado duro durante este paso. Frotar o restregar el rostro con una toalla áspera y abrasiva puede causar enrojecimiento o irritación, especialmente si se tiene la piel seca y sensible. Las toallas que no se limpian adecuadamente también pueden acumular suciedad y bacterias que pueden transferirse a la cara y provocar la obstrucción de los poros o imperfecciones.
¿Qué debo usar para secarme la cara después de la limpieza?
Una vez que se haya terminado con la limpieza, se recomienda secar el rostro con palmaditas (sin frotar) con una toalla suave. Este enfoque ayuda a eliminar el exceso de agua sin irritar la piel. A continuación, se debe aplicar un hidratante no comedogénico y sin fragancia para el día o la noche, como la Loción Hidratante Facial CeraVe AM y la Loción Hidratante Facial PM.
Este dúo de hidratantes faciales fue desarrollado por dermatólogos y contiene ácido hialurónico y tres ceramidas esenciales para retener la humedad y ayudar a mantener la barrera protectora de la piel. Para ayudar a sellar la humedad de manera más efectiva, la Academia Americana de Dermatología recomienda aplicar un humectante sobre la piel limpia y ligeramente húmeda.